lunes, septiembre 25, 2006

¿SOMOS LO QUE PENSAMOS?

Alguna vez escuché la frase: “somos lo que pensamos” y la verdad, no se si me convenga. En la práctica soy una chica más bien tímida, antisocial e indiferente ante la mayoría de la gente, no escucho a los demás, no veo a los demás, no me intereso por los demás, soy muy egocentrista.

Pero dentro de mi, hay todo un conjunto de sentimientos encontrados, puedo solucionar en un dos por tres los problemas que aquejan a la humanidad o puedo asesinar a todos los niños hambrientos con SIDA de África. (Es bueno que no sea una líder nata, si no, seguramente sería una dictadora).

A veces tengo todo muy claro, mis principios, mis ideas, y a los dos segundos, una nueva idea contradice no solo a las ideas anteriores, sino también a los principios en los que se basa mi moral. No creo que sea natural ni conveniente que los valores cambien tan rápido, es como si hoy toda la sociedad estuviese en contra de la pena de muerte por su probada ineficiencia y mañana la aceptaran como funcional solo porque cambiaron de idea o de perspectiva.

Si somos lo que pensamos, entonces yo soy todo y no soy nada, talvez sea la dualidad de la que hablaba Carl Jung y talvez todos tengamos esa sombra oscura que no dejamos salir y sea solo que yo en particular, le doy más libertad de acción y de pensamiento.

Soy una chica decente, inteligente, responsable, madura, honesta, tímida e insegura; pero mi sombra es segura, indecente, algo tonta, completamente inmadura, hipócrita e irresponsable, o viceversa, creo que he llegado a un punto en el cual ya no se quien soy yo y quien es la sombra, o cuando actúa una y cuando está actuando la otra. No quisiera hablar de Sánchez en esta ocasión, pero es que ya no se cual de mis dos yo’s boicoteó la relación.

domingo, septiembre 17, 2006

SOY PATÉTICA...

No se que escribir, hoy me di cuenta que las aventuras de ocasión sólo dejan soledad y que lo que Roberto me hacía sentir, no lo sentiré con nadie más. Entendí que a pesar de todo lo amo y que jamás encontraré a nadie como él...la mayoría de los hombres son unas malditas sabandijas que esperan que las mujeres estén en mal estado, para aprovecharse de ellas.

Hoy besé a alguien y no me gustó, creí que se iba a sentir igual que con Roberto, y no fue así. Alguna vez escribí que cuando Roberto me besó por primera vez fue como si el tiempo se detuviera, como si todo valiera la pena, ahora creo que un beso de él, es mucho más que algo físico, es diferente y es especial, porque lo amo y en ese beso están contenidos todos los sentimientos que Roberto me inspira.

Lo que me duele es que jamás lo besaré otra vez.

jueves, septiembre 14, 2006

EL MEJOR DIA DE MI VIDA

Si me preguntan cuál ha sido el mejor día de mi vida, ni siquiera tendría que buscar una respuesta porque la llevo en mi memoria como si de un tatuaje o de un órgano indispensable para el funcionamiento de mi cuerpo se tratara.

Ese día fue hace nueve meses, un día después de cumplir diecinueve años, me sentía tan extraña, ya me habían dicho lo que sucedería, pero mis yo’s optimista y pesimista se debatían dentro de mi y no se ponían de acuerdo, se declararía o no se declararía, se declararía o no se declararía, me quiere o no me quiere...

Así pasaron los segundos, los minutos y las interminables cuatro horas, hasta que llegó la que estaba esperando: la hora de la salida, pero no era una hora de salida como todas, no, era diferente y especial, Roberto se declararía, lo había esperado por mucho tiempo y por fin pasaría, o no pasaría...

...pues si, si pasó, pero pasó primero mi micro, y estuve así (imagínense mis dedos a pocos milímetros de distancia) de subirme en él, cuando Roberto me detuvo y con una excusa tonta me pidió que me quedara y yo, con un pretexto igual de tonto, me quedé...se tardó un poco en decidirse, pero al fin lo hizo, yo fingí ignorancia y sorpresa y le dije que si, nos abrazamos y ahora que lo veo como un suceso del pasado, creo que fue el mejor abrazo que él y yo nos dimos...

...recuerdo que un día antes me dio mi abrazo de cumpleaños, creo que fue el primero y único que nos dimos siendo amigos, pero fue un abrazo tan equis, que bien se podría ignorar. Creo que no permití que me abrazara bien, porque tenía miedo de parecer obvia y que él se diera cuenta de que lo quería, además de que pasaba por un mal momento del que ni mi cumpleaños pudo sacarme.

Volviendo a mi día más feliz, después del abrazo, vinieron las confesiones, todo lo que me ocultó por temor, me lo dijo en ese instante. Y yo que soy la persona menos humilde del mundo y que me encanta que la gente vea que suelo usar palabras que en el lenguaje coloquial no son tan utilizadas, en ese preciso momento, todo mi vocabulario se fue por el drenaje, hasta el más común y corriente, y no pude decir nada, fue desesperante, contestaba sólo con monosílabos y por más que me esforzaba, no salían de mi boca más que si’s y no’s, de cualquier manera a él no le importó, en ese tiempo me amaba.

Tenía tanto miedo a que me besara, no puedo decir, aunque lo quisiera, que ese fue mi primer beso, pero lo que sí puedo asegurar es que fue el primero que me dio una persona a la que en verdad amo. No fue el mejor beso, pero si entra en el ranking de los tres besos que recuerdo con más cariño.

Ahora todos esos instantes, no son más que simples recuerdos, me siento la persona más patética del universo y quisiera con todo mi corazón, que esto que acabo de escribir, fuese sólo una crónica ficticia, de la que al terminar de redactar me sintiera orgullosa. Lamentablemente, esto está muy lejos de ser una mentira.


lunes, septiembre 11, 2006

COSQUILLAS

Necesito las cosquillas que sentía con Roberto...

...y sólo él las puede provocar.