lunes, marzo 20, 2006

NO SOY FEMINISTA PERO...

Estaba escuchando una canción y al oír una frase y tratar de verla desde diferentes ángulos, me di cuenta que las mujeres, algunas, no se si la mayoría, vemos en cada palabra y en cada gesto de nuestro (a) interlocutor (a), una amenaza.

La frase era tan sencilla que hasta podría considerarse dulce para los más románticos, pero no terminaba de agradarme, entonces comencé a preguntarme, si eso se lo dice un hombre a una mujer ¿qué? ó si esto se lo dice una mujer a un hombre ¿qué?...

...la frase era: “Déjame ser quien te cumpla todos tus deseos”, y mis conclusiones para ambos casos fueron las siguientes:

a) Una mujer le dice a un hombre: “Déjame ser quien te cumpla todos tus deseos”. En este caso la mujer le está diciendo al susodicho que su vida, sus proyectos, sueños, retos y metas, no son nada sin él. Y que si él le concede el favor de su adorable compañía, ella le promete abandonarlo todo, para dedicarse servil, exclusiva y esclavizadamente a cumplir los deseos del susodicho.
b) Un hombre le dice a una mujer: “Déjame ser quien te cumpla todos tus deseos”.
Esta situación tampoco me gusta y es que parece que le está diciendo:
- No amor, no lo hagas (digas, pienses, o intentes), tu no puedes, yo lo haré por ti, ó:
- No amor, tu no tienes porqué trabajar, yo te proveeré de todo cuánto necesites, es más, déjame masticar tu comida, es demasiado esfuerzo para una frágil mujer como tú.
Entre otras tantas situaciones en las que la mujer parece ser un animal inferior incapaz de alcanzar sus propias metas o de pensar por sí misma.

No quisiera parecer una feminista empedernida, pero que no sería mejor una frase como:

“Caminemos juntos para complementarnos y alcanzar así nuestras metas”...

...pero claro, esto no rima, ni tampoco vende.

Creo que esto no cambiará, hasta que aquellas mujeres que aún hoy van por la vida en busca del príncipe azul que las rescate o del macho mexicano que las esclavice, se den cuenta de que pueden lograr todo lo que se propongan, con o sin la compañía de un hombre.

Después de esto concluí que la razón por la que en ocasiones las mujeres somos paranoicas, es porque aún están cerradas muchas de las puertas que ya deberían estar abiertas para todas nosotras.

miércoles, marzo 15, 2006

Humana, demasiado humana

No todo en mi vida es mi ego, tambien tengo sentimientos por otras personas, que me hacen más humana, demasiado humana.

Comenzaré por contar que Roberto, no siempre fue tan dulce y cariñoso conmigo, solía lastimarme continuamente y hacerme sentir como la peor estúpida de este planeta y objetos celestes circunvecinos. Temía cada vez que hablaba sobre cualquier cosa, ya que sabía que todo sería usado en mi contra. Jamás se lo dije, pero lloré mucho.

Hablaré específicamente de un día en que él fue más cruel que de costumbre y cuando lo que más quería era que pasara el maldito microbús y largarme para no volver a verlo jamás, o por lo menos para no hablarle nunca. Pero ese día ocurrió algo que no esperaba y que cambió mis planes, dándole así una oportunidad más a mi amistad con Roberto.

Iba llorando por la calle vacía, no tenía nada de que preocuparme, todos dormían, mi secreto estaba seguro... me senté en una piedra a desahogarme con más tranquilidad, sin percatarme que a escasos metros de distancia estaba otra persona que igual que yo, lloraba. No quería acercarme y sin embargo lo hice cuando decubrí que se trataba de mi primer amor de mi vida (mi actual amor de mi vida es mi querido Roberto), lo vi, me abrazó y me confesó que me amaba, toda mi niñez, pubertad y parte de mi adolescencia desee que eso pasara y no pasó, y ahora que todo había cambiado me lo dijo. Pasé una eternidad en sus brazos que parecieron dos segundos. Pero justo en ese momento comprendí tanto y lloré aún más, olvidándome de mi anónimo.

Contrario a lo que puedan pensar, él no lloraba por mi, sino por un pequeño-gran error cometido semanas atras y que se hacía cada vez más evidente con el creciente vientre de la golfa de la calle de atrás. Él me amaba y ya no podía hacer nada. Me besó, nos despedimos e hicimos como que nada había pasado. Él continuó su vida y yo con la mía, como hicimos años atrás, en la graduación de la secundaria cuando me habló, me miró a los ojos y dijo:

- Pau... quiero decirte algo...

- Si claro dime. -le contesté con desinterés, pero esperando con todas mis fuerzas que se me
declarara...

- ¿Querrías por favor... hacerme un favor...? ...¿le dirías a mi mamá que llegaré tarde hoy?

Me partió el corazón, pero dentro de mi sabía que había algo más, digo, solo hay que tener un mínimo de lógica para deducir que a Toño le valía gorro si su mamá se preocupaba o no. Pero así, sin más, nuestra historia juntos terminó y lo que pudo ser la relación más envidiable del mundo, no fue más que una simple posibilidad tirada a la basura por el orgullo y la falta de valor.

Este recuerdo me ayudó mucho a comprender que no se deben desaprovechar las oportunidades ya que mañana talvez sea tarde. Al día siguiente le hable como si nada a mi amigo Roberto y me sorprendió verlo apenado y tratando de pedir perdón, me daban tantas ganas de abrazarlo, pero los límites de nuestra incipiente amistad no me lo permitieron.

martes, marzo 14, 2006

APATÍA POR LA VIDA


Hace un rato me di cuenta de lo difícil que es la vida para algunas personas y me dió tanta tristeza que comencé a dudar de mi maldad, pero después cuando volví a considerarlo, me di cuenta de que a esas personas, por las que tuve consideración, son solo las personas que me han querido, así que no debo dudar, ni creer que por un poco de empatía mi maldad disminuye.



Deseo que todo el mundo se de cuenta de que la maldad supera al bien y que nada, o casi nada, vale suficientemente la pena, como para creer en ello.

Recuerden:
"La única excusa de Dios es que no existe", frase de Sthendal.

PD. No me hagan mucho caso, paso por un ataque de celos y apatía por todo.

.·:*¨¨*:·. CaNdY .·:*¨¨*:·.

lunes, marzo 13, 2006

EL AMOR ES SEGURO Y EL EGO TRAICIONERO

ó Bruja ególatra

Hay ocasiones en las que ni el amor, ni la lógica, nos impiden equivocarnos y dañar así, a las personas que más queremos, no quisiera creer que es un problema sin solución, pero los repetidos errores que he cometido a lo largo de mi vida me hacen creer que moriré, sin experimentar en carne propia la madurez y sin practicar en absoluto la llamada inteligencia emocional.

Para quien lea esto, tengo que decir que soy una persona que siempre consigue lo que quiere, un amigo, en una ocasión me dijo que yo solía obtener todo a como diera lugar y sin importar las artimañas que fueran necesarias. Eso me molestaba, ya que me hacía sentir vacía, orgullosa y maquiavélica, pero al mismo tiempo me encantaba la idea y enaltecía mi ego. Es decir, no puedo (y tampoco quiero), cambiar, me encantan los retos y veo competencia en todas partes, hasta en la fila del súper. El hecho es que suelo conseguir el triunfo sobre cualquier cosa que me proponga, pero también, suelo tirar a la basura ese trofeo, por otro más grande, por otro que represente un reto mayor.

Creo que hasta aquí voy bien, y todo estaba bien, hasta que conseguí el amor del mejor hombre del mundo, del que me ama y me apoya en todo, al que le gusto sin importar mis defectos y mis kilos de más, el que me aguanta en mis días de menstruación o con mis síntomas premenstruales o post-menstruales, o lo que es lo mismo, en mis días de histeria. De hecho jamás creí poder tenerlo, él era una de esas pocas cosas que me parecían imposibles, pero lo tengo, lo amo, lo necesito desesperadamente y no quiero perderlo, pero día a día trabajo arduamente para que él se desilusione de mi y deje de amarme, deje de necesitarme, y se de cuenta de que en realidad no soy tan buena, ni inteligente, ni mucho menos tan madura, como él me consideraba.

Hace unos días me vi tentada por el entorno, me dije: talvez Roberto no se de cuenta de que coqueteo inocentemente con algunos otros chavos, de los que, sin entregar nada a cambio, solo la mínima esperanza de talvez llegar “algún día”, a “algo más”, podría conseguir muchos beneficios, no se, quizá ahorrarme algo de dinero, es decir, ¿porque gastar lo mío, si puedo gastar lo de alguien más?, o ¿porqué pagar más en el súper o en el cine, si puedo aprovechar “pequeños”, pero muy efectivos descuentos?; o sólo el hecho de hacer más grande mi ego sabiendo que no sólo le intereso a mi querido novio, sino que hay alguien más que me quiere y desearía tenerme.

En esas estaba cuando suena el teléfono y escucho una voz que no reconocí en el momento, y que rato después supe, era un “amigo” de la preparatoria, que en días anteriores me había declarado su amor y prometido esperarme siempre, porque me quería como a nadie en su vida; y como era de esperarse de una “novia fiel”, le di un pequeño discurso de que algún día encontraría a la persona perfecta para él, no sin sentirme orgullosa por mi nueva conquista, pero le dije que “si quería” podía esperarme, sentado porque amaba a mi novio, pero, al fin, esperarme; volviendo a la llamada al contestar lo note como siempre, sin ningún cambio, esperaba, como de costumbre cuando me llamaba, que me rogara hasta el cansancio que le diera una oportunidad, pero no ocurrió, había llegado esa persona perfecta que me juró no esperar, ni buscar, y yo me sentí desplazada, arruinada, enojada, y todo lo que termine en ada, y signifique derrota. Yo debía sentirme alegre por él, vamos, fue mi mejor amigo en la prepa, y sabía cuanto había sufrido por mi y por otra compañera de la escuela a la que nunca se atrevió a confesar su amor, pero en cambio, así como así, y sin siquiera esperarlo, ni pensar en los sentimientos de mi amigo, llegó un nuevo reto, que prometía darme un gran trofeo y del cual mi ego, podría atiborrase de victoria. Para no hacerla más larga, le propuse que “saliéramos” y él accedió, quedó de llamarme, para concretar la cita, pero se retractó y no volvió a llamarme. Me sentí tan mal, que comencé a flirtear con cuanto imbécil, hubiese demostrado alguna vez interés en mi, sin pensar en que talvez en una de esas ocasiones, desafiando todas las probabilidades y de forma casi tele-novelesca, me encontraría con mi fiel novio, justo tras de mi y escuchando atentamente mi abundante e interesante plática con mi nuevo proveedor de ego.

Él (el él importante, mi novio, el que no solo quiere “algo más”), no ha terminado conmigo, pero lo ha pensado seriamente, lo que, contra todos mis pronósticos y dándole la razón a una amiga, que me predijo lo que pasaría, me tiene sumida en un descenso de autoestima y con un excedente innecesario de ego.



.·:*¨¨*:·. CaNdY .·:*¨¨*:·.